Pensada especialmente para hacer más eficientes los procesos
de facturación y cobranzas, es el punto de partida para optimizar el ciclo
financiero de las transacciones comerciales, en particular de aquellas empresas
que emiten muchos comprobantes mensuales.
Las ventajas
de adoptar la factura electrónica depende mucho del tipo de industria y
segmento de la empresa en cuestión. En especial, es beneficioso para las
compañías que facturan volúmenes importantes, a quienes esta solución les
representa un importante ahorro, no sólo de costos de impresión, ensobrado y
envío, sino que les significa una liquidez extra de aproximadamente dos a tres
días de trabajo.
La factura
electrónica, además, posibilita que la AFIP conozca la existencia de
los documentos en el mismo momento en que se emiten y no como las
tradicionales, que brindan la información recién cuando se hacen las
declaraciones juradas. Por otra parte, la digitalización permite un doble
control: tanto en el cómputo del débito del IVA y su contabilización
en los libros para quien las emite, como el control del cómputo de los créditos
fiscales para quienes las reciben.
El único problema que existe en la implementación de la
factura digital es la resistencia al cambio. Técnicamente no existen riesgos,
sino solo beneficios: mayor control del documento digital, facilidad de
búsqueda y almacenamiento, entrega inmediata y sin costos”.
Según datos proporcionados por la firma de desarrollo e
implantación de soluciones en entornos de comercio electrónico de empresa a
empresa Edicom, “la e-factura permite a las organizaciones generar ahorros de
costo del orden del 30%, dependiendo del nivel de “ineficacia” preexistente en cada compañía”